Para la semana del 20 al 26 de mayo, un comité organizador (CO) invita a opositores radicales a la guerra de toda Europa a una semana de acción y a una conferencia “contra las guerras capitalistas y la paz capitalista” en Praga. En una entrevista concedida a Transmitter, los organizadores explican el objetivo de este encuentro y su visión de la guerra en Ucrania y de cómo la afrontan diversos movimientos de izquierda.
P: Del 20 al 26 de mayo tienen prevista una Semana de Acción contra la guerra. ¿Qué ocurrirá en estos días en Praga?
R: Cada día de esta Semana de Acción tendrá lugar un acto diferente. Habrá presentaciones, debates, recaudación de fondos, protestas y diversos tipos de acción directa. Vemos la Semana de Acción no como el día D, sino sólo como un momento en el proceso de construcción de la comunidad revolucionaria derrotista. Un proceso que incluye intercambios de textos y críticas, debates, organización de acciones concretas, continuidad de la comunidad, etc. Lo que esperamos es poder construir relaciones más fuertes en el campo del derrotismo revolucionario y, si es posible, alcanzar un cierto nivel de centralización programática manteniendo la descentralización de las acciones.
P: El lema de su Semana de Acción es “¡Juntos contra las guerras capitalistas y la paz capitalista!”. ¿Qué quiere decir con este lema? ¿Por qué combinan la oposición a las guerras capitalistas con la de la paz capitalista?
R: La guerra y la paz no son opuestas; son partes del mismo ciclo de destrucción y reconstrucción. Lo que la burguesía quiere decir cuando habla de paz es, de hecho, el estado de guerra de clases contra el proletariado o, en otras palabras, el statu quo de la explotación capitalista. Por la lógica de la expansión del mercado que es una propiedad inherente al ciclo capitalista de producción e intercambio de mercancías, cada facción capitalista se ve obligada a competir con las demás. Cuando la expansión del mercado ya no es posible por medios no militares, entonces los medios militares ocupan su lugar. De hecho, el período de la “paz” capitalista puede caracterizarse como un período de preparación para la guerra: producción de armas, propaganda nacionalista, formación de alianzas burguesas. Cuando las fuerzas socialdemócratas llaman a la “paz”, piden al proletariado que agradezca que la carnicería de la guerra haya terminado y que acepte la continuación de la dominación burguesa y la explotación capitalista. Lo que nosotros pedimos no es una paz, sino la guerra de clases contra nuestros explotadores. Queremos transformar la guerra capitalista en una guerra civil por la revolución comunista mundial.
P: Al final de la Semana de Acción, ¿quieren celebrar una conferencia internacional contra la guerra? ¿Cuál es el objetivo de esta conferencia?
R: … conferencia internacionalista, en la que intentaremos pasar de las cuestiones teóricas a la coordinación de actividades concretas contra la guerra.
P: Han publicado una lista de grupos y organizaciones a los que invitan, bastantes de ellos son anarquistas. ¿Esta conferencia está organizada por y para el medio anarquista?
R: No aceptamos la separación del movimiento revolucionario en las “familias” ideológicas del “anarquismo” y el “marxismo”. De hecho, consideramos que este conflicto histórico es una expresión del intento de la tendencia socialdemócrata de cooptar el movimiento revolucionario. Para nosotros, la única línea de trinchera existe entre la revolución y la contrarrevolución y atraviesa ambas “familias”. Los grupos y organizaciones fueron invitados a participar principalmente en función de sus posiciones y prácticas revolucionarias derrotistas.
Dicho esto, es cierto que no invitamos a ninguna de las más “famosas” grandes organizaciones llamadas “comunistas de izquierda” que existen desde hace décadas y que a menudo se identifican como el “medio revolucionario”. Para nosotros no se trata de sectarismo sino de fijar criterios para permitir una discusión constructiva y avanzar en la tarea de promover el derrotismo revolucionario y fomentar su desarrollo como parte integrante del movimiento proletario. Insistimos en que necesitamos una verdadera discusión y no limitarnos a escuchar las aportaciones de unos y otros sin poder llegar a ningún punto en común.
Desgraciadamente, basándonos en lo que sabemos y ya hemos experimentado al enfrentarnos a la actividad antibelicista de ciertos grupos y organizaciones llamados “comunistas de izquierda”, tenemos la impresión de que su objetivo no es construir una verdadera comunidad de lucha sino construir un pseudo “partido”, más aún, un partido de masas, calcado del histórico partido bolchevique que enmarcó los procesos revolucionarios proletarios y vació de subversividad nuestro movimiento de clase.
Por supuesto, no esperamos que todos los grupos invitados a la Semana de Acción estén programáticamente al mismo nivel, somos conscientes de que la crítica del capitalismo de algunas de las organizaciones no está desarrollada y profundizada de la misma manera. Pero nuestra esperanza es poder permitirles a través de los debates y la práctica común alcanzar un nivel más elevado, más dialéctico y por tanto más radical de captación de la realidad del mundo basado en la explotación y por tanto abrir la posibilidad de una lucha común.
P: Justo después del ataque de la Federación Rusa contra Ucrania en 2021, bastantes anarquistas e izquierdistas de Europa central y oriental comenzaron a apoyar la resistencia ucraniana contra la ocupación rusa, algunos incluso se unieron a las fuerzas armadas ucranianas. Estos anarquistas e izquierdistas explicaron a un público de la izquierda occidental (que tiene poco conocimiento de la situación en estos países) que ser de izquierdas y progresista en Europa Central y Oriental significa apoyar la defensa militar de Ucrania. ¿Cuál es su postura ante estas posiciones?
R: No nos llamamos a nosotros mismos “progresistas” o “de izquierdas”, ya que estas etiquetas no significan otra cosa que el progreso del Capital y la “izquierda” del Capital. Sin embargo, rechazamos completamente esta posición y consideramos a estos llamados “anarquistas”, que apoyan a un bando en la guerra interburguesa o incluso participan directamente en su ejército, como nuestros enemigos y como parte del Estado. También rechazamos completamente la idea, de que esta es de alguna manera la posición natural de los anarquistas de Europa Central y del Este, porque están más cerca de la guerra. Como prueba de lo contrario, podemos mencionar al grupo “Asamblea” de Kharkov, que se encuentra directamente en la línea de trincheras y está siendo bombardeado constantemente, que comparte con nosotros las posiciones revolucionarias derrotistas contra ambos bandos de la guerra.
P: En Alemania, Polonia, por lo que sabemos también en la República Checa, existe una notable oposición contra el apoyo militar a Ucrania y la redistribución de fondos públicos a los militares. Esta oposición es cultural y políticamente mayoritariamente de derechas, sus miembros simpatizan a menudo con Rusia y Putin. Desde su punto de vista, ¿cómo debería tratar con estos movimientos una izquierda que se opone a “las guerras capitalistas y a la paz capitalista”?
R: En Europa del Este, la derecha “populista” es la nueva “izquierda” – después de que los partidos socialdemócratas / “socialistas” clásicos se convirtieran en los partidarios de las “medidas de austeridad” –, los partidos nacionalistas (incluidos los “partidos comunistas” post-estalinistas) intervinieron para convertirse en una expresión más eficaz de la socialdemocracia histórica. Estos movimientos canalizan la ira real del proletariado contra la disminución de las condiciones de vida hacia el apoyo electoral, las manifestaciones domesticadas inútiles, la violencia a pequeña escala contra los inmigrantes, etc. Al menos en la República Checa, no conocemos ninguna expresión de perspectiva proletaria autónoma en estos movimientos. Si vemos alguna expresión de este tipo, podemos intentar intervenir, empujar las contradicciones, etc., independientemente de la corriente política que intente cooptarlos. Por ejemplo, el movimiento de los Gilets Jaunes en Francia estuvo al principio también enmarcado de alguna manera por la derecha.
P: En algunos círculos de la izquierda radical existe la posición de que, ante el riesgo de que se desencadene una nueva guerra mundial, es necesario un nuevo “Zimmerwald”, en referencia a la reunión de facciones disidentes de los partidos socialdemócratas europeos en 1915. ¿Será su reunión una especie de nuevo “Zimmerwald”?
R: No. Consideramos que se trata sólo de un primer paso en el desarrollo de la actividad militante común entre los grupos participantes, el objetivo no es crear formal y artificialmente “una nueva internacional”, aunque al organizarnos internacionalmente contribuimos de alguna manera a impulsar, animar y estructurar una auténtica comunidad de lucha proletaria revolucionaria derrotista internacional. De este modo, es obvio que las posiciones de los grupos participantes ante la guerra deben ser claramente revolucionarias derrotistas. ¡No discutimos con belicistas!
Ahora sobre la referencia que hizo con Zimmerwald, nos gustaría exponer algunas cosas que seguramente serán criticadas por los grupos autoproclamados “comunistas de izquierda”. Nos gustaría subrayar que la conferencia de Zimmerwald y el Manifiesto que resultó de sus debates no es en modo alguno una expresión del movimiento revolucionario. Aunque generalmente se la considere como la expresión misma de la ruptura con la II Internacional y su posición contrarrevolucionaria y favorable a la guerra, tenemos que insistir en el hecho de que desde el punto de vista revolucionario no fue más que un intento de recomponer la II Internacional, de salvarla para continuar con su política socialdemócrata y, por tanto, contrarrevolucionaria. El inconsistente y pacifista Manifiesto de la conferencia de Zimmerwald no está llamando a la revolución, a convertir la guerra burguesa en guerra de clases. Llama a la paz y a la vuelta a la normalidad. Normalidad de explotación y miseria…
Sin embargo, algunos militantes comunistas que participaron en la reunión no estuvieron de acuerdo y se negaron a firmar el Manifiesto. Intentaron formular otra perspectiva que la paz burguesa: volver las armas contra los oficiales, organizar la deserción, luchar contra nuestra propia burguesía, confraternizar con los proletarios de los ejércitos adversarios… transformar la guerra civil en una guerra revolucionaria internacional. Y esto en oposición al programa contrarrevolucionario de la Internacional y de sus diferentes partidos miembros.
Por lo tanto, para nosotros es un error referirnos a la conferencia de Zimmerwald como tal. No queremos participar en una “nueva Zimmerwald”. Al contrario, ¡estamos por supuesto muy entusiasmados por participar en un verdadero intento de organizar fuerzas revolucionarias derrotistas contra la guerra y contra el capital!
P: La situación en la que vivimos es aterradora. Existe un riesgo creciente de un conflicto militar mundial y, sin embargo, no hay ninguna fuerza visible que se oponga a la militarización y a la guerra a nivel mundial. En estas condiciones, ¿cuál podría ser, con suerte, el resultado de sus actividades en Praga?
R: Como se ha respondido anteriormente, se trata de un primer paso en la coordinación práctica de la actividad militante entre los grupos opuestos a todos los bandos de la guerra y opuestos tanto a la guerra como a la paz. No podemos especular sobre cuál será el resultado.
La historia nos ha demostrado hasta la saciedad que el proletariado nunca se levantó en nombre de “grandes causas” sino que, por el contrario, muchas razones o pretextos “insignificantes” pueden encender lo que existe bajo el yugo del Capital General e incendiar el mundo entero y sus relaciones sociales. Basta con echar un vistazo a la Primera Guerra Mundial y a cómo los revolucionarios de la época se mostraban tan pesimistas ante las matanzas que duraban años y los proletarios que se mataban entre sí bajo las sangrientas banderas de “sus” respectivas naciones y burguesías. Y de repente, en 1917, rompiendo los velos de la ignorancia y la sumisión, enfrentándose al sol negro del capital, nuestra clase se levantó y empezó a intentar barrer y destruir lo que nos destruye…
No olvidemos nunca que los revolucionarios no desencadenan revoluciones por su propia voluntad, sino que cuando se desarrollan dinámicas revolucionarias, ¡es deber de los revolucionarios participar en ellas, tomar parte, impulsar el movimiento, aclarar los objetivos y las metas, despejar la confusión en las filas del proletariado combativo, dar y proporcionar la dirección hacia la abolición de la pesadilla capitalista!
- Esta entrevista se publicó originalmente en la revista Transmitter